Arena en mi zapatos

En mi cabello se desata la revolución invernal.
Uñas comidas. Ojos sin maquillaje.
Una espinilla ciega avisa la llegada de Andrés.
Vagar. Pensar. Rebelarse contra el auto-sistema.
Gozar la culpa sin culpa.
Cuantas cosas se han dicho... Las neuronas ya están drogadas.
Hoy nose lo que quiero y nada es como quice.
Maldita globalizacion. Maldita soledad.
Enojada con el mundo. Feliz con las circunstancias.
El cuento de hadas agoniza.
¿Porque tengo que sentir culpa del bajón, de la nostalgia,
del deseo de lo que no es?
Hoy no tengo nada que decir. Al menos nada que
me anime contar.

Los martillos del Piano y las des-afinadas voces retumban
en mi cabeza.
Cogo el jarrón de café con las manos frías.
La lengua endulzada.
Y la boca caliente.